Estoy
dejando ir los recuerdos, las tristezas, todo eso que arañaba mi alma
al rozar las paredes, las manos, las espaldas y las sonrisas de otros.
Estoy dejando pasar el agua que no beberé, todo eso que no se detiene a
ver en lo profundo de mi mirada, estoy tratando de que no me duela las
cosas que no fueron y que no son como yo esperaba, me estoy curando, me
estoy amando fuerte y mientras tanto dejo que la luz entre y salga por
mis grietas. Estoy bebiendo más agua, hago más ejercicio y me estoy
enamorando de los números, de la soledad, de las noches sin estrellas y
de todo aquello que antes me daba miedo o que odiaba, incluso tu huída,
tu ausencia, la falta de tu voz riendo cuando quiero contarte algo, tus
abrazos y tus consejos. Estoy tratando de hacerme amiga de todo aquello
que me supera, de todo eso que aún no entiendo y me enrieda el alma.
Estoy cumpliendo más y prometiendo menos, estoy practicando el silencio
cuando algo me disgusta para evitar que la ira se haga más grande, estoy
escuchando y abrazando más cuando veo que alguien lo necesita, estoy
habitando lo que creí inhabitable, estoy creciendo. Estoy volviendo a
mis raíces, estoy aceptando lo extraño, lo paranormal, lo raro en mí. Ya
no me detengo en las dudas, ahora sé muy bien lo que quiero. Me estoy
dando una tregua después de tanto darme en la nuca con la culpa, soy
error, soy intento, soy poesía.
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